Podrían ser canonizados precisamente durante la XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos, prevista para el próximo mes de octubre, una prueba más de la gran atención que el Papa Francisco concede a las cuestiones relativas a la familia.
La vida de los beatos Luis y Celia Martin, padres de santa Teresita del Niño Jesús, estuvo siempre marcada por la oración y la total confianza en Dios, por lo que la pareja siempre ha sido un modelo e inspiración para las familias cristianas en todo el mundo.
La pareja será canonizada gracias a que el Papa Francisco, ayer, reconoció su intercesión en la curación milagrosa de Carmen, una pequeña de origen español afectada por una grave enfermedad. Como la niña no reaccionaba a ningún tratamiento, los padres pidieron consuelo a un convento carmelita, que les animó a pedir la intercesión de Luis y Celia Martin, gracias a los cuales otro niño había sido ya curado, Peter Schilirò. La curación de Carmen, un par de semanas más tarde, asombró a los médicos y cuando, en 2009, las reliquias de Luis y Celia, beatificados el año precedente, llegaron a España, la familia llena de agradecimiento acudió a venerarlas.
"Dios me ha dado una madre y un padre más dignos del cielo que de la tierra", dijo una vez hablando de sus padres Santa Teresa. Y la del matrimonio Martin es una historia que "da testimonio de que la santidad impregna todas las etapas de la vida y que no existen dificultades insuperables", señala el padre Antonio Sangalli, postulador de la causa de canonización en una entrevista concedida a Zenit.
La devoción que el Papa tiene por Santa Teresa de Lisieux es ya conocida: no es por casualidad que en el reciente Sínodo Extraordinario de los Obispos (con el tema de la familia) el Papa Francisco quiso que estuvieran en Roma las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús, las de sus padres y las de otro matrimonio, Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi, sabiendo que varias cuestiones delicadas habrían de ser tratadas.