Los prelados se han centrado en los problemas internos del País, como por ejemplo "el peso de la tradición, la cuestión de la dote, la pobreza que convierte el matrimonio en un negocio, el creciente número de jóvenes bautizados que no quieren casarse, el problema de las madres solteras y padres jóvenes. Hay que añadir, el desempleo, las sectas que dañan a las familias y las mujeres repudiadas por sus maridos". A estos desafíos, los obispos continuaron, "se añaden los problemas de formación de las parejas, ya que los sacerdotes tienen gran dificultad en el acompañamiento de las familias", pero tratan de ir a su encuentro a través de los movimientos y eventos especiales.

El problema de la poligamia fue abordado por monseñor Louis Portella, Presidente de la Conferencia Episcopal del Congo, que destacó el empeño en evangelizar a las familias polígamas y capacitar a los laicos para acompañar a las parejas en la preparación al matrimonio y también después del matrimonio.

Después de escucharlos, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, exhortó a los obispos a continuar sus esfuerzos para defender a la familia, instándolos a seguir las catequesis del Papa Francisco. Para el Presidente del dicasterio "no basta el bautismo, la confirmación, el matrimonio" se debe "ir más allá y vivir una conversión pastoral acompañando a las personas desde la infancia hasta el final, acompañar a las parejas antes del matrimonio y después del matrimonio en la oración, con la lectura diaria del Evangelio. El poder de la Iglesia es el testimonio, el objetivo es tener una Iglesia viva con los laicos presentes en todas las realidades de la sociedad".