Ya son venerables los siervos de Dios Sergio Bernardini y Domenica Bedonni, un matrimonio italiano que vivió en el siglo pasado en las montañas de Módena. El Papa Francisco el 5 de mayo autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación del decreto correspondiente. Gente sencilla y devota, Sergio y Domenica educaron en la fe y en el amor a los pobres a sus 10 hijos, 6 de las cuales fueron religiosas y dos frailes capuchinos: uno de ellos, Germano Bernardini, fue obispo de Esmirna, y un hijo suyo adoptivo nigeriano fue obispo en su País.
Los esposos Bernardini, nacieron a finales del siglo XIX, tuvieron diez hijos, ocho de los cuales se convirtieron en sacerdotes o religiosas: cinco religiosas paulinas, una ursulina, y dos frailes capuchinos, uno de ellos, el más joven, llegó a ser obispo de Izmir, Turquía.
Sergio Bernardini nació en 1882, conoció a Domenica Bedonni cuando era viudo y sufría a causa de la muerte de sus padres y de sus tres hijos. Agobiado por las deudas de los tratamientos médicos y de los funerales no desesperó, sino que viajó a los Estados Unidos para ir a trabajar en una mina. Después de unos años en América, regresó a Módena, allí encontró a Domenica Bedonni, con quien se casó y con quien tendría diez hijos misioneros. Verdaderos testigos del matrimonio cristiano, Sergio y Domenica vivieron con sencillez y autenticidad, como testigos creíbles de la Iglesia. Por estas razones, el Papa Francisco ha decidido que los dos siervos de Dios son venerables.