"Arrodillarse ante las familias pobres para pedir misericordia por nuestros pecados, pero también como un gesto de compasión hacia las personas heridas que al igual que nosotros han pecado". Es una invitación a la genuflexión para la renovación interior, un gesto de humildad y misericordia que la actual "cultura del descarte" ha olvidado, la que se puede leer en la carta pastoral escrita por los obispos filipinos a los fieles en vista del Jubileo de la Misericordia y del Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará el próximo mes de enero en Cebú, en el marco del Año dedicado a la familia y a la Eucaristía, organizado por la Iglesia local para el 2016.

"Arrodillarse humildemente - explica monseñor Sócrates Villegas, presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas (CBCP) – nos dispone a recibir y a compartir la misericordia. Nos recuerda que hemos caído y que en nuestra caída somos perdonados y debemos mostrar misericordia a los demás". La carta también refleja la preocupación por la situación de la familia en Filipinas. De esta inquietud surge la invitación "a arrodillarse para orar y a practicar el lavatorio de los pies en familia", abriéndose "a los milagros de amor para el bien de todas las familias", porque "la familia que se une en la oración permanece unida, permanece joven, fresca y se renueva, porque arrodillarse le da la fuerza para afrontar las vicisitudes de la vida".