La relación con la familia de origen adquiere un protagonismo particular en su historia personal: padres acomodados, laicistas y anticlericales, conversión del hermano mayor Italo durante sus estudios universitarios, seguidamente la conversión de la Sierva de Dios Ilia, vocación a la vida consagrada, la fundación de las Pequeñas Misioneras y, por último, la conversión de los padres.
Su espiritualidad se caracteriza por el amor contemplativo centrado en la Eucaristía y por su ardiente celo misionero, especialmente con los ambientes pobres y difíciles, como por ejemplo el ambiente obrero.
Su carácter, por naturaleza impulsivo, fue modelándose poco a poco, dejando cada vez más espacio a la humildad, la prudencia y el equilibrio. Este fuerte carácter no perdía su vigor cuando se trataba del bien, como por ejemplo cuando no dudó en suspender un curso de Ejercicios Espirituales para no exponer a las hermanas a las desviadas ideas del predicador.
En los últimos días el Santo Padre ha autorizado la Congregación a que promulgue el decreto sobre las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Ilia Corsaro, Fundadora de la Congregación de las Pequeñas Misioneras Eucarísticas.