"La familia es el primer lugar donde vuestra presencia me parece más necesaria y significativa". El Curso de Formación Permanente en Pastoral Familiar, organizado por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en colaboración con la Oficina Nacional de la CEI para la Pastoral de la Familia y para la Pastoral de las Vocaciones tiene su origen en estas palabras que el Papa Francisco dirigió a los obispos italianos. La propuesta formativa está diseñada especialmente para los sacerdotes, religiosos y diáconos y tiene como objetivo, explican los promotores, "activar la parte más profunda del corazón presbiteral para acompañar a las familias a fin de que éstas puedan recibir a través de las palabras y obras del sacerdote este oleo de alegría que Jesús nos vino a traer".
El curso, con una duración de dos meses a tiempo parcial para permitir a los sacerdotes que puedan continuar su trabajo pastoral en la parroquia o diócesis, propone una interacción operativa entre cursos, divididos en diferentes áreas (antropológica, moral, pastoral y social, con una especial atención al Motu Proprio Mitis Iudex), testimonios, talleres, programas culturales y la participación a la Eucaristía, “centro y fuente de esta unidad de vocaciones que anima toda la acción de la Iglesia". El curso, añaden los organizadores, "pretende mostrar la relación intrínseca existente entre la familia y la fe, viendo precisamente en este nexo la fuerza innata de la familia como sujeto de la evangelización. En la relación vital entre la vida familiar y el ministerio de los sacerdotes, se desarrolla - concluyen - una comprensión enriquecida por la propia vocación específica al amor".