1)
Ha pasado mucho tiempo desde que habéis contado la experiencia de las liturgias familiares, entre tanto ”habéis podido desarrollar nuevos materiales catequéticos dentro de vuestros muros domésticos?
Los años transcurridos desde que exribimos las liturgias familiares son, efectivamente, muchos, pero en nuestra familia la llegada de dos niñas, además de la que teníamos cuando el texto fue elaborado, ha hecho que podamos repensarlas, introduciendo nuevos papeles (ahora la más grande sabe leer, la mediana adora la parte creativa de las actividades y la pequeña sonríe y admira extasiada a las hermanas).
Otras liturgias se han añadido,en otros lugares de la casa, con actividades y significaos nuevos y siempre con la medida de nuestra familia: nos hemos encontrado rezando por la apertura a la vida en el sitio que podría haber tenido una cuna, por si el Señor quería hacernos el don de aumentar nuestra familia...
Otra perspectiva catequética que estamos experimentando es el de la preparación de la Navidad mediante la construcción de un calendario de Adviento. Se trata de construir, en el corazón de los niños (y naturalmente también en el de los padres) una espera verdaderamente sentida del nacimiento de Jesús. El último domingo anterior al Adviento nos reunimos en la parroquia una tarde, durante la cual cada familia, reunida en torno a una mesa, construye prácticamene su propio calendario, que después le acompañará hasta Navidad. A cada familia le es consignado el “contenido” de cada día, que suele consistir en un párrafo de una historia,que inerrumpiéndose ayuda a crear la espera y el deseo para el día siguiente, una brevísima reflexión y una o más pequeñas actividades (un breve juego juntos, una llamada telefónica a un anciano, una oración por un bebé, pero también galletas para ofrecer a los vecinos, o la visita a un establo para comprneder en qué condiciones nació Jesús....), que ayudan a hacer “experiencial” el mensaje contenido en el fragmento de la historia que se acaba de leer. Dedicarse a estos momentos ante una Corona de Adviento, con las cuatro velas que se pueden encender sólo a medida que las semanas van pasando, nos ayuda a acrecentar el deseo de la Navidad. También el hecho de que en nuestra casa el “Papá Noel no es suficiente y ha pedido ayuda por el mucho trabajo a la Befana”, delegando en ella la entrega de los regalos, eso ayuda a preparar una Navidad que querríamos que estuviera cada vez más llena de su verdadero sentido. Estamos convencidos de que, a pesar de la fatiga cotidiana, tomarse un tiempo “de familia” es una buena manera de transmitir la alegría por la espera de Jesús.
2) ”Qué lugar de la casa prefieren vuestros hijos para rezar y llevar a cabo actividades relacionadas con el Evangelio?
Casi al contrario de lo que habíamos pensado para ellos, nuestras hijas nos han sorprendido apreciando sobre todo, como lugar de oración, que no habíamos podido imaginar: el coche.
Se trata no sólo del Ave María recitada yendo al colegio, sino sobre todo de SU deseo de rezar, cuando hay suficiente tiempo, el Rosario de la familia: es verdad que de los Misterios Gozosos y Dolorosos no se habla apenas, pero recitar cada Ave María, o cada decena, aplicándola explícitamente por alguien o algo (cada uno de nosotros, los amiguitos, los parientes, los otros niños de los que mamá y papá son padrinos de bautismo o de confirmación, las otras familias, los sacerdotes que pasan por casa...) rotándose entre quien recita la primera parte y quien responde con la segunda, mientras la pequeña de la casa usa las cuentas como juguetes, se ha convertido en una cotumbre en nuestros viajes más largos. Para nosotros, mamá y papá, es irrenunciable la visión de la sonrisa en su rostro cuando llega su turno de ser el centro de la oración de toda la familia.
3) ”Qué episodio vivido por la Sagrada Familia sentís más próximo y que os podría ayudar más en los momentos de dificultades familiares?
Los episodios vividos por la Sagrada Fmilia que en estos momentos sentimos más próximos son, curiosamente, los que no están escritos, los de la cotidianeidad, aquellos en los que José ha hecho de papá y carpinterio, en los que María ha hecho de mamá y se ha ocupado de la casa, y en los que Jesús ha sido hijo aprendiendo a trabajar la madera: son los primeros 30 años de la vida de Jesús, diez onceavas partes de su existencia, demasiado para pensar que no hayan sido fundamentales para preparar a Jesús para la vida pública, la de los tres últimos años. Los que nos afectan más son los años que el Evangelio despacha diciendo que Jesús crecía en edad, sabiduría y gracia.... esperando, un día, que nuestras hijas se pierdan en la caravana de la vida, para reencontralas y descubrir que se estaban ocupando de las cosas de Dios.
4) Acodándoos del nacimiento de las “liturgias en familia”, ”qué receta aconsejaríais a quien quisiera emprender una experiencia semejante en el ámbito familiar?
Cuando se habla de Liturgias Familiares, el consejo FUNDAMENTAL es el de dejarse enseñar por las intuiciones de los otros, pero no intentar aplicarlas literalmente a la propia familia: cada familia es diferente de las otras,vpor edad, formación, carácter de sus miembros, costumbres, historia, etc. La verdadera oración familiar consiste en reconocer la presencia de Dios-Amor en la cotidianeidad, y las liturgias que la familia necesita deben servir para poner a punto, para ayudarnos a reflexionar sobre ese amor: por esto es necesario que cada familia adapte estas liturgias a su realidad, ampliándolas o reduciéndolas, mezclándolas o, mejor aún, reescribiéndolas.
Presentación
Presentación de Eugenio y Chiara Guggi
Eugenio y Chiara Guggie, de Ferrara, farmacéutico él, nacido en 1969, y ella nacida en 1976, química, consultores de sistemas de calidad, pero sobre todo mamá casi a tiempo completo.
En 2005 consiguieron el diploma de Operadores de Pastoral y Política Familiar de la Universidad Lateranense, y se ocupan de Pastoral familiar en la diócesis y en la Acción Católica.
Tienen a Marta María, de ocho años, Laura de cinco y Magdalena de un año y medio, pero a ellos les gusta recordar a Teresa, una niña que ha regresado a los brazos del Padre después de las primeras semanas de gestación.