Al margen del primer convenio-seminario del ciclo "Diálogos por la Familia" promovido por el Pontificio Consejo para la Familia, que se ha celebrado el miércoles 17 de abril bajo el lema "Familia, primera empresa", en colaboración con la Unión de juristas católicos italianos, con una gran participación de público, los relatores han sido entrevistados por Emanuela Bambara en exclusiva para el nuestro Dicasterio.

 

Pregunta: La familia es una empresa, no sólo en el sentido de una economía sencilla, de una entidad que produce y consume bienes, sino como organización compleja, marcada por una economía de gratuidad y de comunión, en la que rige la ley del amor sobre todo. ”De qué forma puede ser un modelo económico a gran escala?

Respuesta: La familia es una organización compleja, en el centro de un sistema económico que ve en la sociedad civil, como expresión de comunión y de gratuidad, su motor. La familia es una empresa, una organización económica compleja, que no sólo consume y ahorra, sino que produce no sólo bienes materiales, sino sobre todo capitales intangibles, como los hijos o la educación, como la educación a la cooperación. Es un modo en el cual la familia contribuye al desarrollo del sistema económico. También la actividad sanitaria en el seno de la familia es una forma de contribuir, a veces incluso de sustituir, el trabajo que debería hacer el Estado, para contribuir al bien común. La próxima Semana social de los católicos italianos tratará sobre la familia como futuro y esperanza de la sociedad italiana, como un recurso, y como un recurso económico, que cuesta valorar exactamente por lo que es.
 

Pregunta: ”Cómo puede ser la familia un modelo para el gobierno nacional y para un gobierno internacional?

Respuesta: Si la ley que regula las relaciones en el seno de la familia es la ley de la gratuidad y de la reciprocidad, la producción de bienes relacionales y de capital social y civil, de valores como la cooperación y la confianza, que están en la base del desarrollo económico, entonces la familia es un modelo para una economía sana, una economía buena, que funda en estos valores su desarrollo y no sobre el interés personal.