Ya en los anos ’50 el que era arzobispo de Milán, futuro papa Paolo VI, había encontrado nudos centrales de las nuevas problemáticas que estaban pasando en la familia. Ver el Sinodo de Milán sobre “Matrimonio y familia” del 1959, la famosa Letra Pastoral “Para la familia cristiana” del 1960, por el Papa la institución- diez anos antes que Juan Pablo II lo transformará en Pontificio Consejo para la Familia- del “Comisión por la familia” en el 1973. Un interesante artículo del periódico Avvenire, a firma de Eliana Versace(27.02.2014) revive etapas y contenidos. Ofrecemos aquí algún pasaje significativo.
El amor de mama y papa luz familiar para Pablo VI.
En el septiembre del 1959 si tubo en Milán un Sínodo menor diocesano que, por voluntad del arzobispo Juan Battista Montini, tubo como tema de estudio y discusión “matrimonio y familia”. Según el Cardenal Montini tales cuestiones, bases para la vida humana y cristiana, siempre más frecuente, en aquellos años, eran sujetas a “la amarga revelación de muchísimos errores, hoy divulgados con los medios más modernos, que amenazan en raíz la sanidad y la santidad de las dos instituciones”.
Un Párroco de Milán- contaba Montini el 22 de septiembre 1959, concluyendo el Sinodo- estimulado a un examen por algunas circunstancias de su parroquia, me decía: “Yo he descubierto, y no lo sabía, que había trescientos familias ilegitimas en mi parroquia, cuando algunos años atrás se contaban en la mano una, dos, tres, cinco, y no lo sabía y no lo había visto”.
La reflexión sobre tales temas lo convenció de cuanto era necesario reafirmar aquellos principios fundamentales, matrimonio y familia, poniéndolos en comparación con los cambiamientos impuestos por la vida moderna y, al inicio del 1960, el cardenal confió sus consideraciones sobre el matrimonio cristiano y sobre la familia en una Letra para la cuaresma, con el título ”Para la familia cristiana”. El Arzobispo trataba con clareza y severidad los temas que amenazaban la regularidad y la unidad de la familia, hablando sobre todo de las separaciones y del divorcio y dedicando amplio espacio al aborto y a la regulación de los nacimientos. Sobre estos aspectos el texto milanés presenta singulares semejanza con la Humanae vitae, la encíclica promulgada por Papa Montini 8 anos después y que llegaran hasta la institución, en el 1973, de un Comisión para la familia, creado para estudiar los problemas de la ultima, alentar las iniciativas concretas para sostener los pastores y las asociaciones católicas.
A las familias Montini recomendaba de enfrentar las dificultades y los problemas con la “oración familiar”. Una de las más temibles amenazas a la estabilidad de la relación conyugal era causada por la “soledad” de muchos esposos, debida a la debilidad de los antiguos y un tiempo sólidos lazos parentales.
Pablo VI habló al amigo Jean Guitton del amor intenso y profundo que unió sus padres, Giorgio Montini y Giuditta Alghisi, desaparecidos ambos en el 1943. Las letras que la madre escribió al marido testimonian el amor fuertísimo de los conyugues Montini, sobre un inquebrantable confianza en Dios y en el apoyo de la Providencia. Se entiendo como Pablo VI, en su Humanae Vitae- haya usado las palabras más lindas para hablar del amor entre un hombre y una mujer. El Papa alentó el Vicariato de Roma , que había dedicado una reflexión en el año 1970 al sacramento del matrimonio, porque “la pastoral de la familia se presenta hoy como la más tempestiva, la más desafiante y la más fructífera de resultados benéficos y duraderos.
