“Armonización”, para que se pueda conciliar una vida laboral y una vida familiar, objetivos centrales de la política social de todos los Países miembros de la Unión europea, y que estos objetivos puedan llegar a ser instrumentos para el crecimiento efectivo de las familias y de los territorios. Esta fue la propuesta que surgió en la tercera edición del Festival de la Familia, que tuvo lugar en el Centro de Congresos de Riva del Garda y que trató sobre el tema “El ecosistema vida y trabajo. Puestos laborales femeninos y natalidad, bienestar y crecimiento económico”.
Tales políticas, explicaron los promotores en un comunicado que sintetizaba el encuentro, "Han de ser implementadas de acuerdo a una lógica sinérgica, inspiradas en la subsidiariedad, estas ponen en duda todos los recursos presentes en la sociedad civil para emprender con audacia el camino de las innovaciones sociales y tecnológicas." Entre los objetivos que surgieron en la jornada de trabajo, que contó con 35 conferenciantes, 10 talleres dirigidos a los estudiantes y 1.000 personas inscritas, se encontraban el "mantener los niveles de empleo femenino, las tasas de natalidad y el bienestar de las familias, desarrollando nuevos servicios y nuevas oportunidades para las empresas familiares manteniendo la productividad y la competitividad empresarial”. Desde el momento que una familia "goza de buena salud" también beneficia a la economía. La clausura del Festival se dedicó al papel desempeñado por las instituciones, “el reto de la armonización de la vida y del trabajo nos obliga a pensar en un nuevo bienestar y, por lo tanto, en un nuevo modelo de gobierno, que apoye a la familia como un bien relacional, las relaciones entre las instituciones y las sinergias entre todos los actores del territorio.